En Cuyo, octubre marca un punto de inflexión en el ciclo de la vid. Los brotes ya superan los 15–20 cm, las hojas se expanden y comienza la formación visible de inflorescencias. Es un mes de pleno desarrollo vegetativo, donde la planta destina gran parte de su energía a construir la estructura que sostendrá la producción.
¿Qué necesita la vid en esta etapa?
- Alta síntesis proteica y enzimática para sostener la división y elongación celular.
- Nutrientes rápidamente disponibles, en especial nitrógeno, potasio, magnesio y micronutrientes.
- Equilibrio hormonal, que permita un crecimiento vigoroso pero ordenado.
- Capacidad de defensa frente a condiciones adversas (heladas tardías, Zonda, plagas y enfermedades).

¿Cómo acompañamos este proceso desde la bioestimulación?
Los bioestimulantes son aliados estratégicos en este período crítico:
- Aminoácidos: aceleran la síntesis de proteínas, estimulan la fotosíntesis y mejoran la eficiencia del metabolismo, sosteniendo un crecimiento vigoroso y continuo.
- Polifenoles y compuestos antioxidantes: reducen el impacto del estrés oxidativo asociado a radiación intensa, viento Zonda o heladas tardías.
- Extractos vegetales y fitohormonas naturales: equilibran el crecimiento, evitando desbalances entre parte aérea y radicular.
- Aplicaciones radiculares: promueven raíces jóvenes y activas, mejorando absorción de agua y nutrientes justo cuando más se necesitan.
- Aplicaciones foliares: promueve brotes más firmes, hojas más activas, mejoran nutrición y aumentan la resiliencia del cultivo.
¿Qué vemos en el viñedo?
- Brotes más uniformes y consistentes.
- Hojas con mayor área fotosintética y color verde intenso.
- Plantas con estructura sólida y equilibrada, preparadas para la futura floración.
- Mejor resiliencia frente a contingencias climáticas y sanitarias.

Octubre es el mes de un activo desarrollo vegetativo en la vid. El éxito de esta etapa define la calidad de racimos y la capacidad productiva.
La aplicación estratégica de bioestimulantes asegura que la planta cuente con la energía, vitalidad y resistencia necesarias para crecer de manera equilibrada y expresar todo su potencial productivo que se verá reflejado enológicamente.
En SIMBIOS, acompañamos cada etapa con soluciones que respetan el ritmo de la planta y potencian su expresión productiva. Porque el desarrollo vegetativo no es solo crecimiento: es la base de la calidad enológica.